sábado, 18 de septiembre de 2010

hasta la vista baby,


Siempre me conquistabas con esa sonrisa y ese abrazo un poco frío, pero automáticamente en ese mismo abrazo hacías que yo perciba esa energía rara que producían nuestros cuerpos al acercarse. Esa cuestión de amor y odio automática. Pero inevitablemente yo caía en tu telaraña, aquella que tejías alrededor mio sin que te des cuenta. Una telaraña rosa, donde te enamorabas de mi, pero solo por unas horas, producto del alcohol o cualquier sustancia que hayas consumido durante la noche, hasta y durante el momento de verme, en ese momento dejabas de ser vos, y te dejabas llevar. Y ahí me atrapabas por unas horas, lo que dura el fin de un sabado por la noche, y la tarde del domingo, hasta que te despertabas y ya sabías quién eras y qué querías. Los dos queríamos pasarla bien, con la diferencia que yo no era lo que con lo que vos querías despertarte un domingo a la tarde y vos si lo eras para mi. Lo que vos no sabías que esa telaraña que tejías alrededor mio, me hería. Me hacía sufrir. Quedaba en mi una gota de amor y un sabor amargo.
Estaba lamentando el resto de las horas porqué no todo salía como lo pensaba, o porque no tenías ganas de volverme a ver más seguido y ahí me di cuenta que algo no estaba yendo bien.
Hoy cuando te veo algo raro seguís provocando, pero ya no es lo mismo, ya se quién sos y qué querés, y también ya se que es lo que quiero, y definitivamente no sos vos. Algo cambió que nos lleva a caminos separados, o bien a estar en diferentes sintonías. O quizá nuestras energías no son las mismas en éste momento, o nunca lo sean. Definitivamente no es el momento. No es el momento para que nos dediquemos tiempo de nuestras vidas el uno al otro. Que bueno que eso haya cambiando, porque no estaba yendo bien. De repente te habías convertido en el centro de atención de mi vida, y todo estaba relacionado con vos de alguna u otra manera, o trataba de relacionarlo a la fuerza. Me siento mejor conmigo misma, al saber que mi vida volverá a ser mi vida, y ya no estarás en ella. Me lastimabas, solamente tu presencia en un espacio, me lastimaba. Era como un puñal al alma, de verte y sentirme paralizada sin saber que hacer o que decir, no estaba siendo yo. No podía hablarte ni mirarte a los ojos, me sentía inhibida. Por qué¿?
Ahora me siento rara, al darme cuenta que ésto estuvo pasando un tiempo y que mi alma la estaba pasando mal. Pero me siento bien al saber que de ésto aprendí, y que no volverá a pasar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario